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Cuestiones de identidad cultural: Mixed Blood

El ensayo fotográfico "Mixed Blood" introduce discusiones entorno a la identidad, las narrativas de pertenencia y las relaciones con la otredad.

“Creo que soy yo quien ha cambiado; es la solución más simple. También la más desagradable. Pero debo reconocer que estoy sujeto a estas súbitas transformaciones. Lo que pasa es que rara vez pienso; entonces sin darme cuenta, se acumula en mí una multitud de pequeñas metamorfosis, y un buen día se produce una verdadera revolución.”

Jean Paul Sartre, La naúsea, 1938

Publicado: 2014-09-07


La pregunta por la identidad es tal vez una de las más complejas e inconclusas en la vida de un ser humano; su carácter volátil y cambiante hace que cualquier intento de asirse a una sola definición se escurra entre las manos, haciendo inevitable el regreso al punto de partida. Comprender en primera instancia, este carácter transitorio de la identidad permite dejar de llamarla “la identidad”, para dar paso a las identidades, y con ello, discutir con “la noción de una identidad integral, originaria y unificada.” (Hall, 2003, p.13)

Una discusión que pone en entredicho, no sólo la idea de que hay una única manera de referirse como individuo, dentro de una sociedad determinada a través de una sola narrativa identitaria, sino que a su vez propone que, aún cuando se intente unificar el relato, éste se encuentra permeado por la historia, es decir, en absoluto es gratuita la forma en que nos decimos a nosotros y nosotras mismas, con relación a nuestras propias experiencias y asimismo, con los “otros”.

Es decir, “las identidades se construyen a través de la diferencia, no al margen de ella” (Hall, 2003, p.18), lo que plantea que para lograr aglutinar la ya de por sí gran diversidad de personas, historias y visiones de mundo, se torna necesario construirse desde una relación con el otro, que en la mayoría de ocasiones deviene una relación dicotómica y antagónica, en la que el “nosotros” es todo aquello positivo, deseable y correcto, la totalidad, mientras que los “otros” son por definición el opuesto negativo, aquello que debe evitarse, lo incorrecto, lo carente. 

Estas delimitaciones de la identidad “obedece a la lógica del más de uno. Y puesto que como proceso actúa a través de la diferencia, entraña un trabajo discursivo, la marcación y ratificación de límites simbólicos, la producción de «efectos de frontera». Necesita lo que queda afuera, su exterior constitutivo, para consolidar el proceso.” (Hall, 2003, p.16) Por lo tanto, lo “otro” es una parte fundamental del relato propio porque sirve de referente para conductas, percepciones y acciones con respecto a la idea construida que hay del “nosotros”, es una suerte de mapa en el que se dibuja con claridad la diferencia a partir del rechazo, y la aspiración en términos no de crecimiento como grupo, sino de diferenciación y superación de los otros.

Ahora bien, si la identidad se pretende a sí misma unificadora, y necesita de otras identidades para conformarse y separarse, se asume que estas identidades no se entremezclan o al menos sus interacciones serían negadas o silenciadas con miras a que permanezcan las fronteras discursivas. No obstante, en la realidad, la hibridación de las identidades no es solo una posibilidad, sino un hecho que plantea toda una nueva discusión, al crear individuos con orígenes diversos y hasta “contradictorios” discursivamente, que deben asumirse como seres híbridos, con una gran cantidad de voces identitarias que luchan por establecerse como la principal, esto es lo que propone el ensayo fotográfico “Mixed Blood”(2010- 2013).

Este ensayo fotográfico fue realizado por Cyjo, una artista visual estadounidense que trabaja principalmente con la fotografía, el texto y el video. Las fotografías constan de una serie de retratos de familias cuyos orígenes son muy diversos, con el fin de mostrar que la identidad no es unitaria, sino por el contrario, el resultado de la interacción de muchas identidades.

Tal es el caso de la familia Valter, el padre y la madre son estadounidense y alemana, respectivamente. Sin embargo, entre su bagaje cultural se encuentra la influencia afroamericana, indígena norteamericano, de las Bahamas, franceses y alemanes.

Familia Valter (2010). Nacionalidades: estadounidense y alemana. Ascendencias: afroamericano, indígenas norteamericanos, de las Bahamas, franceses, alemanes. Idiomas: inglés, español, alemán y francés. Viven en Nueva York.

Lo anterior da cuenta de lo que Hall (2003) desarrolla en torno a la identidad, “el concepto acepta que las identidades nunca se unifican y, en los tiempos de la modernidad tardía, están cada vez más fragmentadas y fracturadas; nunca son singulares, sino construidas de múltiples maneras a través de discursos, prácticas y posiciones diferentes, a menudo cruzados y antagónicos.” (Hall, 2003, p.17) 

Al respecto, Hall menciona que esta diversidad se da dentro del discurso, sin embargo es importante también hacer referencia a que desde lo biológico también hay una gran diversidad que se manifiesta en las fotografías de Cyjo.

Por otra parte, a partir de lo anterior, cabe entonces cuestionarse alrededor del proceso de identificación que tienen las y los miembros de estas familias con sus bagaje cultural y con lo que cada uno y cada una interpreta a partir de eso para conformarse a sí mismo y a sí misma.  

En el lenguaje del sentido común, la identificación se construye sobre la base del reconocimiento de algún origen común o unas características compartidas con otra persona o grupo o con un ideal, y con el vallado natural de la solidaridad y la lealtad establecidas sobre este fundamento. En contraste con el «naturalismo» de esta definición, el enfoque discursivo ve la identificación como una construcción, un proceso nunca terminado: siempre «en proceso». (Hall, 2003, p.15)

Por lo tanto, el proceso de identificación pasa por una narrativa que es asumida como propia, naturalizada a través de todos los recursos de socialización. No obstante, como ya se ha mencionado, la identidad no es inamovible, por lo que existen varias narrativas que pueden competir por la interpelación del individuo y generar mayor o menor identificación con un relato o identidad por sobre otro. 

Tal y como menciona Hall, “siempre hay «demasiada» o «demasiado poca»: una sobredeterminación o una falta, pero nunca una proporción adecuada, una totalidad.” (Hall, 2003, p.15) Por lo que a través de “Mixed Blood” se puede establecer un punto de partida para elaborar un estudio más profundo, en el que se ahonde en cómo son los procesos de identificación para los hijas e hijas, quiénes además de tener el bagaje de sus padres, cargan consigo el peso de toda otra serie de identidades, que puede ser o no significativas para ellos y ellas, y pueden o no ser un lugar discursivo que moldea su visión de mundo, sus decisiones e incluso la forma en que perciben a las otras identidades. 

Familia Snodgrass (2013). Nacionalidades: estadounidense y china. Ascendencias: alemanes, chinos han, irlandeses. Idiomas: inglés y mandarín. Viven en China desde 1999.

Sobre lo anterior, es importante mencionar que “el ideal del yo está compuesto de identificaciones con ideales culturales que no son necesariamente armoniosos.” (Hall, 2003, p. 16) Es decir, entre este amplio abanico de herencias sociales, culturales, ideológicas y discursivas, las y los individuos deciden, conscientemente o no, una posición desde la cual se definen y a través de la cual hablan y toman decisiones, sin embargo, esta posición puede entrar en conflicto con otra parte de su identidad, ya sea por razones ideológicas o históricas.

Esto plantea tensiones muy complejas con las identidades, y afirma que además de ser un proceso fragmentado y constante, es un devenir conflicto y a veces incoherente,

Las identidades son, por así decirlo, las posiciones que el sujeto está obligado a tomar, a la vez que siempre «sabe» que son representaciones, que la representación siempre se construye a través de una «falta», una división, desde el lugar del Otro, y por eso nunca puede ser adecuada —idéntica— a los procesos subjetivos investidos en ellas. (Hall, 2003, p.20)

Si la posición se construye sobre la relación con el “otro”, cabe entonces problematizar en torno a qué puede definirse como “otro” a partir de lo que propone el ensayo fotográfico. Si la identidad propia se compone de influencias afroamericanas, indígenas americanos, franceses, chinos, etc. ¿cuál es el entramado cultural que define al individuo? Y ¿con cuáles criterios se privilegiaría un relato sobre otro?

Puede que estas discusiones se presenten o no dentro de las familias que la artista está retratando, sin embargo, también existe la posibilidad de que varias de las identidades que componen a las familias fotografiadas sean silenciadas o minimizadas.

En este proceso, es de suma importancia el papel que juegan los padres y madres, ya que es a través del núcleo familiar, que este amplio bagaje cultural va a tener un papel protagónico o no, “precisamente porque las identidades se construyen dentro del discurso y no fuera de él, debemos considerarlas producidas en ámbitos históricos e institucionales específicos en el interior de formaciones y prácticas discursivas específicas, mediante estrategias enunciativas específicas” (Hall, 2003, p.18)

Depende, entonces, de la preponderancia que los padres y las madres le brinden a esta riqueza cultural, el que sus hijos e hijas sean conscientes de la misma, y que la asuman desde un punto de vista o de otro.

Al inicio de este ensayo, la cita de Jean Paul Sartre menciona que “se acumulan en mí una multitud de pequeñas metamorfosis” lo cual hace alusión en este caso, a las familias retratadas por Cyjo, todos los días su relato individual y colectivo cambia gracias a las interacciones con el contexto en el que viven y el contexto que les precede a través de su herencia cultural.  

Lo anterior da cuenta de que las identidades además de cambiantes son fragmentadas e híbridas, se entremezclan con otras y determinan la manera en que los individuos se construyen y perciben a sí mismos y a los “otros”. Sin embargo este proceso es conflictivo y crea tensiones a diario, modifica los comportamientos y los lugares en los que se crean los imaginarios y los prejuicios.

Pese a esto, la importancia de este proceso radica en visibilizar esa pluralidad, y empezar a problematizar alrededor de la relación antagónica “nosotros”- “otros”, para comenzar a plantearla no desde la diferencia y la carencia como un rasgo negativo, sino de la diferencia y las similitudes que son intrínsecas al intercambio cultural.

Familia Chandola (2013). Nacionalidades: india y coreana. Ascendencias: indios, coreanos. Idiomas: inglés, coreano, mandarín, hindi. Viven en Beijing.

Referencias:

Hall, S. (2003) “¿Quién necesita identidad?”, S Hall y Paul du Gay Cuestiones de identidad cultural. (Traducción de: Horacio Pons). Buenos Aires: Amorrortu, pp. 13-39.



Escrito por

Mariafer Arguedas

Historiadora del arte, comunicadora en formación. Interés en filosofía, política, cine.


Publicado en

Poemas al alimón

Imágenes que hablan.